Es una ley natural: Los fuertes se comen a los débiles, pero su apetito suele ser demasiado grande para su capacidad digestiva, por eso les dan diarreas y ardores que se curan con revoluciones. Estás ultimas crean el caos y del caos nacen mundos nuevos; ojalá el mundo nuevo nos salga menos cagado que el de ahora.
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